El Movimiento charló en exclusiva con una referente del feminismo de fuerte militancia en el conurbano, para desarrollar varios puntos: las desigualdades en el acceso al trabajo entre mujeres y hombres, el machismo dentro de los sindicatos y las organizaciones políticas y la lucha que las mujeres llevan adelante día a día en el ámbito laboral y doméstico.
Entrevista por Diego Valente
Virginia Simari es militante social y política del colectivo feminista de Avellaneda «Revueltas»y en esta charla nos ayuda a entender en profundidad la problemática de las mujeres en el ámbito laboral y sindical y su lucha en la Argentina
¿Cuánta desigualdad creés que sigue habiendo en el ámbito laboral y en el acceso al trabajo para las mujeres respecto a los hombres en Argentina?
Las mujeres estamos atravesadas por la opresión machista patriarcal en todos los ámbitos, tanto familiares, laborales como de estudio y eso imposibilita en muchos casos tener una voz propia para defendernos frente a opresiones e injusticias.

Por otro lado, estamos convencidas de que la organización feminista y de mujeres trabajadoras esta siempre en avance y eso implica acumular un montón de experiencia sobre cómo pararse frente a las patronales o incluso a compañeros varones para poder defendernos tanto de la violencia sexual como de la laboral. De alguna manera, es difícil en soledad en nuestros lugares de trabajo encontrar la posibilidad de plantear cuestiones de género o de violencia sin tener el apoyo de un colectivo. Ese es un laburo que están haciendo las mujeres trabajadoras dentro de los propios gremios para poder encontrar su lugar de opinión y participación democrática y que busque incorporar en la agenda gremial las cuestiones puntuales que afectan a mujeres y disidencias.
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Además esta la cuestión del trabajo precarizado que le afecta muy fuerte a las mujeres….
Muchas mujeres quedamos fuera de los círculos formales de trabajo y a la deriva con trabajos muy precarizados. Hay una doble opresión: ser mujer implica tener que desarrollarte solamente en determinadas cosas y en otras no, consideradas sólo para mujeres. Por ejemplo, los casos tipicos: la empleada doméstica y la niñera. Ni hablar del nivel de informalidad y sin ningún tipo de amparo, más allá de que hay intenciones de blanquear estos trabajos, sabemos que siguen parte del gran trabajo en negro de la Argentina y del gran problema del movimiento obrero.

Por otro lado está el tema de las tareas domésticas y cómo suelen recaer en las mujeres ¿no?
Tenemos que hablar también de La doble carga laboral de las mujeres que es llegar de tu trabajo formal o informal en la mayoria de los casos y ocuparte de todo lo que tiene que ver con el trabajo doméstico y la crianza de niñes que en la mayoría de los hogares esta sólo solventada por la mujer de la casa. Dentro de la lucha de las mujeres en este día esta también visibilizar este trabajo silencioso que nadie reconoce ni remunera.
A pesar de estos avances de las mujeres en sindicatos y partidos políticos ¿Creés que siguen siendo ámbitos machistas?
No alcanza con ocupar lugares solamente, que aparte no ocurre: cuando uno ve la foto de las centrales principales ve pocas mujeres y a veces ninguna. Pero además, el feminismo viene a plantear otra forma de organización y eso queremos una manera antiburocrática, la cuestión del sindicato tan macho, no se transforma sólo poniendo mujeres en puestos estratégicos sino principalmente modificando la estructura interna, la forma de diálogo que se le hace a los trabajadores para poder organizarse en forma democrática y no con esta estructura burocrática que decide y el resto de los trabajadores acata. El feminismo viene a rebatir contra todo. Es obvio que necesitamos estar en los lugares pero es principalmente cuestionar lo vinculado a la organización tanto en gremios, partidos, donde elijamos militar. El feminismo incomoda porque viene a derribar algunos privilegios que tenían algunos varones. Estamos dando muchas batallas al mismo tiempo.
Por último ¿Qué reflexión podés hacer sobre la lucha feminista en el 8M?
En el marco del 8M en el paro internacional de mujeres trabajadoras y celebrando cuarenta años de democracia creemos que desde el feminimo debemos defender la democracia que tenemos pero cuestionándonos qué democracia queremos. Una democracia donde la justicia funcione para las mujeres y no tengamos que sufrir un femicidio por día, donde no terminemos descuartizadas, violadas ,donde las mujeres puedan abortar libremente porque la ley existe pero sigue estando esa mirada punitiva contra el cuerpo de las mujeres, donde una mujer pueda ir a parir en paz y terminar con la violencia obstétrica, donde una mujer pueda conseguir un trabajo y que el salario sea igual al que cobre un varón, que podamos elegir libremente. Creemos que la democracia sigue teniendo esta deuda con todas nosotras, mujeres y disidencias y que el feminismo esta discutiendo que democracia queremos. A su vez defendiendo la democracia que tenemos porque rondan discursos que nos llevan a los peores años de nuestro país donde las mujeres en dictadura fuimos doblemente torturadas. Siempre demostrando que organizadas podemos garantizar más derechos para todas.