28/12/2024
El conflicto escaló cuando José Luis Espert, diputado nacional, calificó al secretario general de ATE, Rodolfo Aguiar, como un "simio drogado". Aguiar había posteado que: "Le vamos a sacar la motosierra al gobierno para cortar las cabezas de ellos".
La relación entre la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) y el gobierno argentino atraviesa su momento más tenso luego de una serie de declaraciones incendiarias y una controversial publicación en redes sociales.
El conflicto escaló cuando José Luis Espert, diputado nacional, calificó al secretario general de ATE, Rodolfo Aguiar, como un "simio drogado", en respuesta a una imagen generada por inteligencia artificial publicada por Aguiar. La imagen mostraba a trabajadores de ATE enfrentando a un león con una motosierra, en una representación simbólica de la resistencia del gremio al gobierno. En el post, Aguiar declaró: "Le vamos a sacar la motosierra al gobierno para cortar las cabezas de ellos", un comentario que generó una ola de críticas por su tono confrontativo.
La polémica imagen que compartió Aguiar en redes
Por su parte, Patricia Bullrich, se sumó a las críticas y acusó a Aguiar de ser un "delincuente acorralado antidemocrático", condenando tanto la imagen como las palabras del dirigente sindical. Según Bullrich, este tipo de mensajes son un claro intento de desestabilizar al gobierno y promover la violencia política.
Desde ATE, Aguiar defendió su publicación y le respondió a Espert: "Ni simio ni drogado, diputado. Cumplo con mi mandato de defender al conjunto de los estatales.
Usted como representante del pueblo nos debe:1. Una explicación sobre sus relaciones con el narco Fred Machado y el financiamiento de la campaña. 2. El tratamiento del Presupuesto 2025 para poner límite a la discrecionalidad del Ejecutivo Nacional con las provincias. A mi me parece que el problema es usted."
En medio de este cruce de declaraciones, los trabajadores estatales siguen en la mira del gobierno con los polémicos examenes de idoneidad.
El conflicto entre ATE y el gobierno, agravado por esta polémica, deja en evidencia las profundas divisiones que atraviesan el escenario político argentino y plantea interrogantes sobre el futuro del diálogo entre los gremios y las autoridades.
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